Como si se tratara de una computadora, estudios científicos revelaron que mientras dormimos el cerebro se encarga de borrar algunos recuerdos de nuestra memoria para no sobrecargarla. Es decir, el cerebro se convierte en una suerte de árbitro que elige qué memorias serán almacenadas y cuáles desaparecerán.
Lo que debes hacer para mejorar la memoria a partir de los 50 años, según HarvardEl equipo, que está formado por científicos de Japón y Estados Unidos, ha localizado este proceso gracias al trabajo de laboratorio con ratones. Según los expertos, durante la fase de sueño de Movimientos Oculares Rápidos (REM por sus siglas en inglés) el cerebro puede activar el borrado como si fuera una tarea de limpieza de caché.
La tarea es llevada a cabo por un grupo de neuronas que se encargan de eliminar esta información. Además se demostró que cuando en el laboratorio activaron las células de los ratones, empeoraban sus memorias; mientras que cuando se desactivaban, mejoraron los recuerdos.
La información no importante es eliminada
El estudio, bajo el paraguas de los Institutos Nacionales de la Salud en Estados Unidos, revela algo hasta ahora no observado: el cerebro va limando las conexiones entre neuronas involucradas en ciertos tipos de aprendizaje. Otra novedad que aporta esta investigación es que el control del apetito podría estar también involucrado porque se observó actividad en una molécula que implica a ambos procesos.
Según explican los expertos, la situación se produce cuando se aprende algo nuevo pero no se guarda en la memoria a largo plazo. El conocimiento es guardado de otra manera y es cuando el cerebro decide si es pertinente guardar la información o hacer hueco para otra potencial.
“Estas neuronas ayudan activamente al cerebro a olvidar nueva y, posiblemente, información no importante»” explicó el doctor Kilduf, uno de los autores del estudio y añadió que podría ser un proceso del cerebro para evitar la confusión entre sueños y memorias almacenados. Es más, según los científicos, esto podría explicar por qué los sueños se olvidan rápidamente.
Además de sus implicaciones en el estudio del sueño y la narcolepsia, esta investigación podría abrir nuevas puertas al tratamiento de problemas de memoria, la enfermedad del Alzhéimer o problemas derivados del estrés postraumático.